http://www.lasnoticias.org/columnas/eco/1999_09_12_18_50_59.html

consultado feb.4/2000

La era de la sobreinformación

El exceso de información puede tener consecuencias impredecibles en todos los aspectos de nuestra vida.

Muchas veces hemos oído decir que vivíamos en la "era de la información". Y realmente sigue siendo así, aunque la revolución de Internet ha venido a trastocar por completo el panorama. Hoy día 200 millones de páginas web son mucha más información que la que podíamos imaginar hace tan sólo unos años. Demasiada información.

Y es que vivimos en la era de la sobreinformación. Tenemos, objetivamente hablando, más información de la que somos humanamente capaces de procesar. Y no estoy hablando sólo de información general. En muchos casos podemos buscar información sobre temas concretos y comprobar que existen más páginas de las que somos capaces de visitar (sobre todo a los actuales precios de conexión :) . En mi caso, las páginas sobre cuestiones jurídicas españolas ya empiezan a sobrepasar toda la capacidad de digestión de un abogado inquieto. En otras ocasiones, cuando intentamos buscar información sobre un tema muy concreto podemos encontrarnos con que el buscador de turno nos ofrece cientos o miles de respuestas. Demasiado, "afine usted su búsqueda" y elimine cientos de interesantes posibilidades que podrían haber solucionado su problema.

Este exceso de información también puede provocar interesantes paradojas en el campo económico. Como mi compañero David Boronat comenta en su artículo de esta semana sobre los mercados verticales, el exceso de información en el "mercado Internet" puede provocar la paradoja de crear un mercado de competencia perfecta (hasta ahora una mera hipótesis de laboratorio) en el que toda la información esté disponible para todos los actores del mercado. El problema viene del hecho de que este tipo de mercado ha sido siempre considerado como un mercado en el que ninguna empresa sería rentable... No hay que llevar las cosas al límite ya que no todas las circunstancias se cumplen para el mercado de competencia perfecta, pero puede dar que pensar el hecho de que el requisito de la información perfecta (la perfección alberga un grado de imperfección) ya se pueda cumplir.

La sobreinformación ha pillado desprevenidos a muchos, que no han sabido como reaccionar ante este exceso de información. La reacción de algunos ha sido ignorar directamente el fenómeno, demasiado cambio para tan cerrada mente, incluso los hay que se han quedado con la imagen petrificada de Internet como nido de pornografía, trafico de drogas, pederastia y terrorismo, y de ahí han sido incapaces de pasar. La imagen típica de esta actitud es la de muchos directivos que hacen que, aún hoy, sea la secretaria la que abra el correo electrónico y haga las consultas necesarias a través de la Red.

Otros han tomado la revolución con escepticismo o con apatía y se limitan a coger Internet con pinzas para cuatro cosas necesarias o útiles. En esta categoría podemos englobar, en mi opinión, a la mayoría de usuarios de Internet (que muchas veces no son lo que llamaríamos "internautas") y cuya edad ha superado en muchos casos la "era de aprendizaje" (una entelequia, para mi gusto). En Internet "hay que estar" por obligación, el loco mundo actual así lo reclama y estos usuarios se han reciclado para incluir Internet entre sus instrumentos de trabajo, de consulta o de comunicación. No se trata de que no se hallen sorprendidos por el invento, aunque en ocasiones sí tal vez desconcertados ante la avalancha de información.

Luego estamos los pocos que hemos nos hemos entusiasmado frente a las nuevas posibilidades que ofrece la Red. No somos muchos pero desde luego sí los más activos y los que sabremos aprovechar las ventajas competitivas de la red allá donde dirijamos nuestros pasos. Finalmente, los más jóvenes han vivido con sorprendente naturalidad el tránsito hacia esta "cibersociedad" sobreinformada, y ya saben manejar, clasificar, descartar, y por supuesto encontrar la información con sorprendente habilidad. Y es que será verdad aquello de que "la era de la información es como un colegio en el que los niños saben leer y escribir y los profesores no".

La era de la sobreinformación pide a gritos especialización, ultraespecialización y un absoluto dominio de todos los posibles instrumentos de información. Y ese puede ser un factor diferenciador. No sólo hay que digerir la información, sino también saber interpretarla, extraer conclusiones y tomar decisiones en base a ella, y todo ello a velocidades de vértigo.

Tal vez piensen que soy uno de esos entusiastas ante esta situación. Pero nada más lejos de la realidad. Soñaba con una situación como esta años atrás y ahora me veo completamente desbordado por las posibilidades del invento. Y eso que soy uno de los actores del fenómeno, aunque de forma modesta. ¿Y porqué mi escepticismo? Bueno, pues tal vez se deba a una postura algo humanista, no sé si idealista. La ultraespecialización no puede ser el fuerte de una persona inquieta que se interesa por gran cantidad de cosas. Si al derecho añado la economía, el marketing, la informática y el periodismo, al final llegaré a la conclusión de que todas mis inquietudes no tienen cabida en la era ciberespacial, ni siquiera unas pocas. Las posibilidades de la nueva era me han sobrepasado, y tarde o temprano tendré que transigir. Alguien me dirá que esto en realidad ya existía antes de Internet, o que Internet no ha aportado gran cosa a ese panorama. Y tal vez sea así, pero el factor "información" que supone la revolución de la Red sí marca diferencias de cara a todo este fenómeno.

Vivimos en una era que ha dejado completamente de lado el humanismo. Un modelo de genialidad en diversos ámbitos como pudiera ser el de Leonardo da Vinci es hoy inimaginable, y si queremos ser profesionales que marquen la diferencia en aquello a lo que nos dediquemos debemos ultraespecializarnos, sobreinformarnos y saber digerir la avalancha de información que nos acosa. Y contra eso es muy difícil luchar desde el eco digital... ;-)

http://www.lavanguardia.es/

La Vanguardia Digital, feb.15/2000

QUE LA información es poder es tan antiguo como el hombre. Pero nunca como ahora

El petróleo del siglo XXI
LLUÍS FOIX


La información es el petróleo del siglo XXI. La frase no es de un profesor universitario ni de un editor, ni siquiera de un periodista que bien pudo tener una idea brillante. Es de Jaques Delors, el ex presidente de la Comisión Europea, el hombre que declinó, teniendo grandes posibilidades de triunfar, ser candidato socialista a la presidencia de Francia facilitando el triunfo gaullista de Jacques Chirac en 1995.


No conozco las dotes proféticas de Delors. Pero me parece acertado su diagnóstico a juzgar por la insospechada relevancia que han adquirido los medios de comunicación en los últimos cuatro o cinco años. No es que no la tuvieran, que siempre la han tenido, sino que nunca como ahora han protagonizado un pugilato activo o pasivo entre el mundo empresarial y financiero, el político y el judicial.


Que la información es poder es tan antiguo como la historia del hombre. Y que el poder de la escritura es más fuerte y más duradero que todos los demás, sólo hay que comprobarlo con las obras que han desafiado el paso del tiempo. No conocemos nada que haya permanecido de los tiempos en que Homero escribió la Ilíada. Hasta hay dudas, lagunas biográficas inexplicadas, de la existencia real del propio Homero. Y lo que se dice de la escritura sirve también para el arte. ¿Quién recuerda algo de los pretenciosos príncipes que gobernaban las principalidades alemanas en tiempos de Bach, excepto que eran unos frívolos y despiadados críticos del propio Bach?


La evolución del periodismo ha sido colosal. Sólo basta recordar lo que Galdós, en uno de sus episodios nacionales, evoca sobre este oficio que consistía a finales del último siglo en "matar el tiempo y engañar las ilusiones haciendo periodismo, excelente aprendizaje para mayores empresas".


La revolución mediática tiene marchamo norteamericano que ha inventado la comunicación global, una de las manifestaciones contemporáneas más importantes del poder occidental. El llamado imperialismo ya no es sólo económico, militar y político. Es básicamente mediático y comunicativo. Es la información. Samuel Huntington, en su polémico libro sobre el choque de civilizaciones, habla de la hegemonía occidental en las comunicaciones como un elemento de choque para las sociedades que no se han subido al carro de la globalización y que aglutina una fuerte hostilidad hacia Occidente. El más fuerte no es únicamente el que más tiene, sino también el que más sabe, el que mejor comunica, el que arbitra el alto tribunal de la opinión pública local, nacional o mundial.


Una vez más han sido los italianos los que se han convertido en la punta de lanza de esta nueva situación. Lo dice Paul Virilio en su libro "El cibernauta, la política de lo peor" al afirmar que la revuelta judicial italiana, la república de los jueces, sólo ha podido llevarse a cabo apoyada en los medios de información. La judicatura es hoy más fuerte porque tiene el eco inmediato, con sumarios abiertos o cerrados, de la clase periodística. Lo que es más inquietante, dice Virilio, no es que los jueces hagan su trabajo, sino que se apoyen en los medios de comunicación para derribar a la clase política.


Tras la primera experiencia de la mano de Ross Perot en Estados Unidos, apareció el fenómeno Berlusconi en Italia, que logró franquear el muro de lo político y, por primera vez en la historia reciente, la pugna ya no es entre derechas e izquierdas sino entre los medios -la prensa, la radio y la televisión- y los políticos. Dime qué medios te apoyan y te diré quién eres. Y cuanto más supuestamente independientes más fuerza tienen.


Todo esto se me ha ocurrido después de ver la película de Al Pacino, "El dilema", donde se ponen de relieve estas paradojas y estas realidades del mundo moderno. Un mundo a ritmo de móviles que suenan siempre y en todas partes, de mensajes chantajistas que explotan en la pantalla de Internet, de periodistas que intentan explicar lo que ocurre, de pesos y contrapesos de las influencias más diversas, del nuevo tipo de negocios de los hombres que hemos convenido en llamar política. Y uno sin enterarse.

lfoix@vanguardia.es

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http://www.dinero.com/Inversiones/columnas/COLUMN_CARDENAS_01.asp

consulta sep.27 de 2000

La información: recurso que marca la diferencia

Humberto Cárdenas P.* (hucarden@uniandes.edu.co)

Antes se decía: "información es poder". Hoy sabemos que no basta con tenerla: hay que saber usarla oportunamente para tomar decisiones. El buen inversionista es quien convierte los datos fríos en información y oportunidades.

La administración de un portafolio de inversiones genera una necesidad de datos realmente importante. En la medida en que éstos sean convertidos en información útil se logrará la anhelada optimización de la mezcla riesgo-rentabilidad.

Aunque parezca paradójico, el concepto menos maduro en la Era de la Información es precisamente ese: la Información. El papel que juega este recurso en nuestras vidas está tomando protagonismos que hace 10 años ni siquiera sospechábamos. Es tal el efecto de esta realidad que ya el modelo de Maslow, que establece las necesidades básicas del individuo, tiene hoy un nuevo elemento: la necesidad de estar informado. Las manifestaciones de este fenómeno son tan evidentes que ni siquiera vale la pena detenernos en ellas.

Pero, ¿entendemos qué es la información? La respuesta desalentadora es un rotundo no. El problema nace en asimilar la evolución que ha experimentado la información con la explosión de las nuevas tecnologías: dejó de ser un fin, para transformarse en un poderoso medio. No hemos logrado traspasar el umbral que define la diferencia entre tener información y usar información. Hace unos años, tener información generaba poder. Hoy no basta con tenerla, es imperante su eficiente uso.

Esto es evidente en los negocios, donde las consecuencias son profundas. La toma de decisiones todavía se soporta, en buena parte, en la subjetiva intuición individual y no en información objetiva. La una connota riesgo, la otra certeza. Los datos se convierten en información solo cuando son utilizados para algo y por alguien. Mientras esto no suceda, los datos no son más que datos. Tener datos ya no es una ventaja competitiva, pues en gran parte están disponibles en la red y el único reto es saber dónde. La verdadera fortaleza está en convertir estos datos fríos en valiosa información, dándole así soporte real a la toma de decisiones.

Como primera etapa en un proceso de información destinado a crear y administrar un portafolio de inversiones, relacionamos algunos sitios en el web que por su contenido, diseño y técnica merecen ser visitados. El desafío para las organizaciones que recolectan, analizan y divulgan información es grande y hasta ahora lo que encontramos localmente es una simple conversión de lo publicado en papel a un formato electrónico. No podemos detenernos en esta primera fase. Las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías equivalen a una revolución drástica. Aprovechémoslas.

Un sitio de real interés para todos aquellos que tenemos alguna curiosidad en el aprendizaje de nuevas técnicas en inducción y acercamiento al mundo de las inversiones, es el desarrollado por el AMERICAN STOCK EXCHANGE (www.amex.com) Navegarlo es una experiencia enriquecedora no solo en términos técnicos de mercado de valores, sino en recursos informáticos. Para aquellos poco familiarizados con técnicas de navegación en Internet, se recomienda tomar el "Site Tour", que a través de un recorrido dirigido da una visión general del contenido, sus facilidades y sobre todo del excelente esquema de conexiones y vínculos.

Las opciones para destacar de este sitio, tal vez uno de los más completos del mundo de las inversiones, se pueden resumir así:

- Real-Time Filings. Es el compendio de las formas exigidas para el registro y actualización de los papeles transados en los mercados públicos de valores. Son una fuente de información muy valiosa en el evento de necesitarse una profundización sobre un activo especifico.

- Fundamentals. Es una visión general del título, que incluye desde su comportamiento histórico (Comparison Charts), hasta un paralelo con sus principales competidores (View Competitors).

- Analyst Info, es un resumen de las recomendaciones de un variado grupo de expertos (Banqueros de Inversión, Corredores, Asesores, etc.) sobre una inversión específica. Su presentación es una barra al estilo de un termómetro que va desde Sell (Vender) hasta Strong Buy (Comprar, ya!), pasando por Hold (Mantener).

- Charting. Es una gráfica del comportamiento del precio de un título durante diferentes períodos de tiempo, desde minuto a minuto dentro de un día específico, hasta mes a mes en períodos de varios años.

- Company News. Es un derroche de integración multimedia para mantener las diferentes fuentes noticiosas de una empresa al alcance de un clic. Se pueden encontrar noticias de último momento, en formato texto, audio e inclusive video.

- Portfolio Tracking. Esta opción merece capítulo aparte. Permite crear y mantener virtualmente un portafolio individual, el cual es actualizado en línea con una variedad de elementos que bien vale la pena explorar con tiempo. Es sorprendente lo que se puede aprender del mercado de valores "jugando" con un portafolio propio, gozando y sufriendo su evolución, así sea con ganancias y pérdidas virtuales. Recomendamos a los lectores crear su propio portafolio y enriquecer su experiencia, sin importar lo básica o avanzada que sea.

Bolsa de Valores de Nueva York (www.nyse.com), tiene un sitio interesante que merece un tiempo de navegación. Aquí también tienen la opción del portafolio virtual individual (Market Information/Your Portfolio) a través de la cual se crea un acercamiento al mercado, explorando sus alternativas y evolución.

Para aquellos expertos en temas financieros, hay muchos sitios que realmente aportan por su profundidad en los temas clásicos de manejo de portafolios. Uno de ellos es el desarrollado por Ibbotson Associates (www.ibbotson.com). Para dar un simple ejemplo de lo que se puede obtener, en la página inicial hay una opción de búsqueda (Site Search), la cual abre una ventana con dos campos para diligenciar las palabras objeto y las secciones donde se desea ejecutar la búsqueda. Tomemos un ejemplo obvio: un cálculo de betas industriales. Para esto introducimos la palabra beta en el primer campo y la palabra All en el segundo. La búsqueda genera varios resultados exitosos. Al escoger la opción: Ibbotson Research -- Full- Information Industry Betas, se accede a un documento muy interesante de metodología y cálculo de betas a nivel industria. Luego con la opción Download PDF y la versión correcta de Acrobat (4.0), se dispone de un archivo completo del documento, incluyendo los betas. En este sitio se pueden encontrar cosas interesantes sobre muchos temas: publicaciones, acciones, bonos, costos de capital, inversiones, políticas de inversión, reportes de valoración, etc.

Si quiere navegar en un sitio corporativo equilibrado e impecablemente diseñado, desarrollado con el cliente como objetivo y con el producto como fin, visite el de General Electric (www.ge.com). Tiene de todo. Información para clientes, proveedores, inversionistas, distribuidores, empleados, etc. De este sitio hay mucho que aprender.

La lista adjunta de sitios interesantes, es una simple selección para quienes sienten que navegar es una necesidad. Suerte con ellos:

American Banker (www.americanbanker.com)

Dow Jones (www.dowjones.com)

London Stock Exchange (www.londonstockexchange.com)

Moody´s (www.moodys.com)

National Association of Securities Dealers (www.nasd.com)

En una próxima oportunidad evaluaremos los sitios disponibles en nuestro medio, que podrían llamarse equivalentes a los aquí presentados.

*: Profesor de la Universidad de los Andes

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